Un anti, anti estrella, anti todo.
La potencia de la obra de Crespo también radica en lo catártico. En el hacer incesante sin detenerse a pensar el para qué. Casi sin mostrar. Sin vender. Eso no era importante para el hacer sobre todo. Otro de sus himnos era la canción "work" (work work work) de Lou Reed algo que sonaba todo el tiempo en su taller.
Otro eje importante en su obra fue el hecho de la resistencia. Vivía en barrio Nueva Córdoba, y su casa una humilde morada de dos plantas fue la última casa en resistir a ser demolida hasta su muerte. La manzana estaba rodeada de edificios y su casa taller fue la última en resistir, pese a los generosos ofrecimientos de empresas constructoras que le querían comprar la casa. El nunca, hasta el último día, aflojó. Cómo el viejito de la película Up pero sin los globos.
S/T
Acrilico sobre papel
70 x 50 cm
Córdoba. 1940 – 2010.
En sus comienzos, los años 1960, parte de un acercamiento ingenuo a las figuras y los rostros pero poco a poco su trabajo se vuelve más oscuro, predominando los violentos contrastes y el negro. La pincelada es gestual, suelta y evidente, cercana al informalismo, acentuando el uso del color expresivo, sobre una base texturada con tiza y cola. En obras posteriores, se evidencia una etapa donde toma elementos del pop art. En la década de los años 1980, retoma un marcado expresionismo, en producciones que no dejan de lado cierta crítica social.
En 2010 fallece en su casa Taller de Nueva Córdoba.
La importancia de este artista esquivo y ermitaño radica en su legado estético, el cual influenció a toda una generación de artistas en Córdoba. Es un eslabón importantísimo de nuestra historia reciente, el cual se conecta con el pasado y la tradición de la pintura ingenua en nuestro país.